Un equipo de investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland ha lanzado recientemente una innovadora tecnología de sangre artificial, diseñada para abordar eficazmente los desafíos de suministro de sangre en situaciones de emergencia médica. Esta sangre artificial se elabora extrayendo hemoglobina de la sangre y encapsulándola en espuma lipídica para crear glóbulos rojos, que luego se liofilizan en forma de polvo y pueden conservarse a temperatura ambiente durante años. Los paramédicos solo necesitan agregar agua para generar en solo un minuto sangre artificial lista para transfusiones, lo cual es crucial para el tratamiento inmediato de heridas en el lugar del accidente o en el campo de batalla. Cada año, decenas de miles de personas en Estados Unidos mueren por hemorragias excesivas, lo que hace que las medidas efectivas sean cada vez más importantes.
Los glóbulos rojos artificiales elaborados a partir de hemoglobina extraída de sangre caducada destacan como una gran innovación de esta técnica. El diseño de las burbujas grasas protectoras no solo salvaguarda la hemoglobina de efectos tóxicos, sino que también resuelve los desafíos técnicos que enfrentaban las investigaciones anteriores sobre sangre artificial. El equipo de investigación ha logrado deshidratar en frío estos glóbulos rojos artificiales, permitiendo su conservación durante años a temperatura ambiente, lo que facilita su uso en situaciones de emergencia.
En una serie de experimentos realizados con conejos, el equipo de investigación simuló una situación de pérdida severa de sangre. Los resultados mostraron que tras la inyección de sangre artificial, los indicadores fisiológicos de los conejos, como la frecuencia cardíaca y la presión arterial, se recuperaron rápidamente, mejorando notablemente su estado de salud. Además, la capacidad de movimiento y el comportamiento de los conejos comenzaron a volver a la normalidad, e incluso el color de sus ojos y orejas adquirió un tono más saludable, lo que indica que el oxígeno se distribuyó de manera efectiva.
Esta innovadora tecnología de sangre artificial no solo se aplica en emergencias médicas, sino que también puede ser utilizada por el personal médico militar para salvar a soldados heridos. El Departamento de Defensa de Estados Unidos ha invertido más de 58 millones de dólares en proyectos de investigación que incluyen la sangre sintética ErythroMer, con el fin de desarrollar componentes relacionados con la coagulación y el mantenimiento de la presión arterial. La Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa ha señalado que la pérdida de sangre es una de las principales causas de muerte prevenible en el campo de batalla, por lo que desarrollar un sistema de suministro de sangre confiable es una prioridad urgente.
El Dr. Allan Doctor, responsable del proyecto, ha declarado que el equipo ha logrado reproducir todas las funciones clave de la sangre en situaciones de emergencia, y que pueden empezar a tener efecto de inmediato en el lugar del accidente. A pesar de que los resultados de los experimentos en conejos han llenado a los investigadores de esperanza, todavía es necesario demostrar su seguridad y eficacia en humanos, y se planea iniciar ensayos clínicos en los próximos dos años.
Los expertos de la industria se muestran cautelosos ante esta nueva tecnología, señalando que, aunque se trata de una solución innovadora, la investigación sobre sangre artificial ha enfrentado numerosos desafíos a lo largo del tiempo y requerirá más validación en ensayos clínicos en el futuro. Si logra acceder con éxito a la fase de pruebas clínicas, esta tecnología tiene el potencial de transformar radicalmente la forma en que se trata a los pacientes con hemorragias fuera del hospital y podría convertirse en un avance clave en la medicina de emergencia.
Este tipo de polvo de sangre artificial, ligero y de fácil conservación, ofrece grandes ventajas para su almacenamiento a largo plazo, resultando ser una solución significativa en áreas remotas, en lugares donde ocurren desastres naturales o en contextos de conflictos militares. En los próximos años, las pruebas clínicas de tecnologías similares aportarán nuevas perspectivas para abordar problemas de salud de emergencia.
Fuente: NPR



