Rolls-Royce Motor Cars ha anunciado el centenario del Phantom y, bajo el tema Arte e Inspiración, está revisitando cómo este automóvil insignia se ha convertido en una fuente de inspiración para artistas y coleccionistas. La marca señala que la historia de la octava generación del Phantom ha sido testigo de innumerables momentos culturales, convirtiéndose no solo en un automóvil de lujo, sino en parte de la historia del arte.

Uno de los ejemplos más famosos proviene del maestro del surrealismo Salvador Dalí. En 1955, durante una conferencia en la Universidad de la Sorbona en París, apareció en un Phantom bicolor amarillo y negro, con 500 kilos de coliflor apilados en el maletero. Cuando se abrieron las puertas del coche, las verduras salieron a raudales, sorprendiendo a las aproximadamente 2000 personas presentes. Esta actuación se convirtió en un clásico en el mundo del arte, simbolizando la capacidad del Phantom para generar chispas dramáticas de creatividad.

Otra historia icónica proviene del representante del arte pop Andy Warhol. Él tuvo un Phantom de 1937, que modificó en la década de 1940 para convertirlo en un wagon. En la década de 1970, lo adquirió en Suiza y lo trajo de regreso a Nueva York, para luego revenderlo a un amigo. La colección de Warhol y su estilo artístico hicieron que el Phantom se introdujera aún más en el contexto del arte contemporáneo, siendo visto como un símbolo de la época.

El estatus artístico del Phantom no solo proviene de estas leyendas, sino que también está arraigado en su emblemática escultura frontal Espíritu de Éxtasis. Esta pieza fue diseñada por Charles Robinson Sykes en 1911, capturando dinamismo y elegancia con su forma aerodinámica, y sigue siendo un símbolo indisoluble de la marca. Sykes supervisó personalmente la producción de la escultura durante muchos años, asegurando que cada Phantom llevara la firma del artista.

Phantom no solo está reservado en garajes privados, sino que también ha sido exhibido en lugares como la Saatchi Gallery de Londres y el Smithsonian Design Museum de Nueva York. Estas exposiciones confirman aún más que Phantom ha trascendido su identidad como vehículo para convertirse en una pieza de arte y un símbolo cultural.
La marca ha señalado que actualmente Rolls-Royce Motor Cars fabrica sus automóviles en la base de Goodwood, Reino Unido, donde más de 2500 artesanos dan vida a cada modelo, contribuyendo enormemente a la economía local. La retrospectiva del Phantom, centenaria, no solo es un cruce de artesanía y arte, sino que también refleja cómo ha continuado influyendo en la cultura y la creación a lo largo de un siglo.



