Científicos de Argentina han descubierto recientemente que las populares lámparas UV LED para manicura pueden causar daños a nivel molecular en la piel. Según los estudios, solo con unos minutos de exposición, estas lámparas pueden alterar la estructura de moléculas comunes en la piel. Aunque los efectos a largo plazo sobre la salud y su riesgo de cancerígenos aún no están completamente claros, el equipo de investigación ya ha hecho un llamado a reforzar las advertencias al público.
El equipo de investigación, liderado por María Laura Dántola del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET), sometió moléculas comunes de la piel a la luz de lámparas de manicura estándar. Los resultados revelaron que, tras cuatro minutos de exposición, todos los compuestos analizados mostraron cambios, lo que provocó alteraciones en sus funciones biológicas.
Este estudio se ha publicado en la revista Investigación química en toxicología y ha confirmado que la dosis de radiación emitida por las lámparas de uñas es suficiente para degradar las moléculas en la piel. Aunque los dispositivos LED actuales emiten dosis de radiación UVA más bajas en comparación con las versiones anteriores, todavía generan una cierta cantidad de radiación UVA, y su impacto en la salud de la piel necesita ser investigado más a fondo.
Investigaciones de 2023 han señalado que las lámparas para uñas podrían dañar el ADN de las células de la piel humana y provocar mutaciones, lo que podría aumentar el riesgo de cáncer. Sin embargo, una revisión de 2024 subraya que El uso prolongado y repetido de lámparas UV para manicura puede aumentar el riesgo de desarrollar un melanoma de piel en bajo grado., aunque actualmente la evidencia relacionada sigue siendo débil y limitada.
En respuesta a las crecientes preocupaciones sobre la salud de la piel entre los amantes de las uñas, los expertos han compartido algunas recomendaciones de prevención: al realizarse una manicura de gel, se puede optar por usar guantes que solo dejen al descubierto las yemas de los dedos; o aplicar un protector solar de amplio espectro en las manos (los productos SPF simples no protegen contra los rayos UVA); incluso se podría considerar utilizar técnicas tradicionales de manicura junto con un ventilador o secador para secar, en lugar de emplear equipos UV.
Además, los investigadores también han pedido una regulación más estricta para los fabricantes de luces UV, enfatizando la necesidad de etiquetar claramente las advertencias y recomendaciones de prevención, para que los usuarios puedan tomar decisiones informadas tras conocer los posibles efectos nocivos.



