El gobierno de Estados Unidos planea ajustar los aranceles sobre los productos de Taiwán importados al 20%. Recientemente, Trump volvió a hacer este pedido. Según informan los medios, espera que TSMC adquiera cerca de la mitad de las acciones de Intel, como condicionante para reducir impuestos. Esto ha suscitado una profunda preocupación en torno a la cadena de suministro global de chips y podría generar riesgos de monopolio.
Varios informes indican que el gobierno de Trump está en negociaciones arancelarias con las autoridades de Taiwán, haciendo hincapié en que Taiwán debe presentar concesiones significativas para reducir la actual tasa arancelaria del 20% a un 15%, igualando lo que tienen Japón y la Unión Europea. El reporte señala que Estados Unidos ha ofrecido a TSMC dos opciones: la primera consiste en realizar una inversión directa para adquirir el 49% de las acciones de Intel, y la otra implica que Taiwán realice una inversión de hasta 400 mil millones de dólares en Estados Unidos.
El mercado sostiene comúnmente que, considerando la situación financiera y los costos de las empresas taiwanesas, invertir en acciones de Intel podría ser más atractivo que realizar una gran inversión en el mercado estadounidense. Según informantes de la industria en Taiwán, Intel ha tenido un rendimiento operativo deficiente en años recientes, despidiendo a 15,000 empleados en agosto de 2024, y se espera que para finales de 2025, la plantilla se reduzca aún más a 75,000 personas, lo que representa una caída de más del 25% respecto a los números de finales de 2024.
Actualmente, el gobierno de los Estados Unidos considera a Intel como clave para la reconstrucción de la cadena de suministro de semiconductores y ya ha aprobado miles de millones de dólares en subsidios para la compañía. Sin embargo, a pesar de recibir estos fondos, la competitividad de Intel no ha presentado mejoras significativas. Los análisis indican que el gobierno de Trump esperaba aprovechar los recursos y tecnologías de TSMC para revertir la caída en el desempeño de Intel y mantener la posición de liderazgo de Estados Unidos en el campo de los chips avanzados.
Un observador veterano de la industria tecnológica menciona que el papel de TSMC ha sido visto como una pieza estratégica por parte de Estados Unidos desde que Trump asumió el cargo, y las recientes negociaciones sobre aranceles han confirmado esta evaluación. Sin embargo, parece que el interior de TSMC no es tan optimista respecto a este plan. Según fuentes internas, el presidente de la compañía, Wei Zhejia, ha expresado su dificultad para aceptar las condiciones de adquirir casi la mitad de las acciones de Intel y reinvertir 400 mil millones de dólares. Los análisis sugieren que, incluso el total de inversión de la Unión Europea en Estados Unidos no alcanza tal magnitud, y es realmente inusual que se requiera que una sola empresa asuma un riesgo político y una presión financiera tan enormes.
El analista de la industria de semiconductores, Chen Huiming, advierte que si se esfuerzan por llevar a cabo fusiones y adquisiciones para satisfacer demandas políticas, esto podría sacrificar el desarrollo a largo plazo de TSMC y representar una amenaza para la seguridad industrial general de Taiwán. Señala que TSMC, como líder mundial en la fabricación de semiconductores, asume una doble responsabilidad para la economía y la defensa de Taiwán; si pierde su posición dominante en el mercado, esto afectará la infraestructura industrial en su conjunto.
Los medios extranjeros también señalan que la fusión entre TSMC e Intel enfrentará importantes desafíos, ya que existen diferencias significativas en la cultura empresarial, la estructura de gestión y el mapa tecnológico de ambas compañías. Si se intenta forzar esta integración, podría aumentar la complejidad de toda la cadena de suministro de chips y generar preocupaciones sobre monopolios. Según el análisis del informe, la única opción viable sería permitir que TSMC asuma el control total de la gestión de Intel, pero alcanzar este objetivo podría llevar años, e incluso décadas.
Otro punto clave es que el negocio de fundición de Intel ha mostrado recientemente signos de estabilización, ya que la compañía ha anunciado que su último proceso de fabricación, el 18A, ha entrado en la fase de producción de riesgo, lo que indica que hay esperanza para su plan de transformación. Además, el nuevo CEO, Chen Liwu, también mencionó que en el futuro se enfocarán en servicios de fundición de chips personalizados, lo que significa que Intel pasará de un modelo tradicional de fabricante integrado (IDM) a una estrategia comercial centrada en la fundición.
En el contexto actual, ya sea que la parte estadounidense finalmente impulse la propuesta de inversión en acciones, TSMC necesita evaluar cuidadosamente sus propios intereses, la seguridad de la industria en Taiwán y las múltiples presiones de la política internacional. A corto plazo, la probabilidad de que esta propuesta se materialice sigue siendo baja, pero las discusiones relacionadas definitivamente tendrán un impacto profundo en las políticas de semiconductores y en la estrategia empresarial en ambos lados del estrecho y las tres regiones.



