Después de una reunión secreta de 24 minutos que tuvo lugar recientemente, el cónclave de la Iglesia Católica eligió al cardenal Robert Francis Prevost, originario de Estados Unidos, como el nuevo Papa, convirtiéndose en el 267º Papa y adoptando el nombre de Papa León XIV.
Cuando se eleva el humo blanco desde la Capilla Sixtina, la Plaza de San Pedro y sus alrededores se llenan de gente. El cardenal francés Dominique Mamberti, desde el balcón, anuncia en latín: ¡Les anuncio una gran alegría: tenemos Papa!, que traducido es ¡Les anuncio una excelente noticia: tenemos un nuevo Papa!.
Prevost, de 69 años, nació en Chicago y antes de ser elegido papa, estuvo a cargo del departamento de selección de obispos en el Vaticano. Sirvió en Perú durante 20 años, donde se convirtió en obispo, y posee nacionalidad estadounidense y peruana. Aunque Prevost tiende hacia el liberalismo en sus ideas, su estilo de gestión puede no ser tan radical como el del anterior papa Francisco. Continúa con el enfoque de Francisco en los pobres y los inmigrantes, subrayando que el papel de los obispos no debería ser el de pequeños reyes sobre sus reinos. Sin embargo, su actitud hacia los católicos LGBTQ+ sigue siendo incierta. El New York Times reportó que, en una entrevista en 2012, expresó su decepción hacia los medios occidentales y la cultura popular, mencionando ejemplos como Vivir la vida gay y Familia no convencional.
La elección del nuevo Papa se lleva a cabo mediante una reunión secreta compuesta por 133 cardenales, siendo esta la asamblea más numerosa de cardenales hasta la fecha. La reunión se convocó tras el fallecimiento del Papa Francisco en el lunes de Pascua. Durante la reunión, los cardenales deben prestar un juramento de confidencialidad y solo pueden abandonar la sesión en circunstancias extraordinarias. En las votaciones, se requiere que un candidato obtenga dos tercios de los votos para ser elegido. Además, después de cada ronda de votación, se queman las papeletas y un aditivo químico especial; si no se alcanza el estándar, se genera humo negro, mientras que si se elige al Papa, aparecerá humo blanco.
En su primer discurso público, el Papa Leo XIV expresó su agradecimiento a los papas anteriores y llamó a todos a Conviértete en una nación unida y fuerte, donde la solidaridad y la espíritu colectivo sean la clave para avanzar juntos., a unir esfuerzos por la paz mundial.



