Drew Timme, un jugador que brilla en las canchas de la NCAA, se enfrenta ahora a un nuevo desafío en su camino en la NBA. Como estrella de Gonzaga, ha creado su propia leyenda con sus habilidades sobresalientes en el poste bajo y su alto coeficiente intelectual en el baloncesto, mostrando la profunda esencia del juego y convirtiéndose en un modelo inspirador para muchos aficionados.
Los logros de Timme en la NCAA son impresionantes; durante sus cuatro años en la universidad, logró más de 2200 puntos y 900 rebotes, dirigiendo constantemente la ofensiva del equipo. En la temporada 2020-21, formó un poderoso trío junto a Jalen Suggs y Corey Kispert, llevando a Gonzaga a la final del campeonato y elevando al equipo a la cúspide.
Su estilo de ataque único y su elegancia al manejar el balón en la pintura hacen que su fake pivot, su giro para el tiro y su tradicional gancho con la mano izquierda sean armas técnicas difíciles de enfrentar para sus oponentes. Sin embargo, ante la increíble velocidad y fuerza de la NBA, la condición física de Timme parece un poco insuficiente, lo que lo llevó a enfrentar desafíos tanto en el ataque como en la defensa, y finalmente no logró ser seleccionado en el draft de 2023 como él deseaba.
A pesar de todo, Timme no dejó que las dificultades lo vencieran. Siguió puliendo su talento en el Wisconsin Herd de la G-League, mientras cultivaba poco a poco su consistencia. Tras un esfuerzo constante, finalmente recibió la llamada de los Brooklyn Nets en 2025. En su debut en la NBA, aportó un impresionante doble-dígito con una actitud intrépida, rompiendo récords en el partido y dejando una impresión duradera.
Durante este período, ha promediado 12.1 puntos, 7.2 rebotes y 2.2 asistencias con los Nets, lo que le ha valido una mayor atención. La calma y sabiduría de Timme lo convierten en un importante vínculo en la cancha; su aguda percepción del momento y su capacidad para tomar decisiones rápidas son activos de gran valor para cualquier equipo.
En la liga de verano de este verano, el rendimiento de Timme ha sido sobresaliente, con un promedio de 26 puntos y 7 rebotes por partido, lo que lo convierte indudablemente en el núcleo del equipo. En el partido contra los Thunder, su explosivo desempeño demostró que no solo está destinado a ser un apoyo, sino que también puede dominar el desarrollo del juego. A medida que mejora en defensa y diversifica sus opciones ofensivas, la directiva de los Nets está reconsiderando su potencial y evalúa la posibilidad de integrarlo en la alineación formal.
La fiabilidad de Timme y su pasión por el baloncesto le han permitido encontrar su lugar en esta liga tan competitiva. Aunque quizás no siempre sea el centro de atención en la cancha, su esfuerzo triunfante y su mentalidad de aprendizaje constante presagian su potencial para seguir brillando en la NBA.
Este joven pívot demuestra que incluso en un escenario tan cambiante como el de la competición, puede hacerse un lugar con su propio estilo, llevándonos a replantear la esencia del baloncesto. La historia de Drew Timme nos enseña que los obstáculos y desafíos no son el final, sino un paso crucial hacia el crecimiento. En los partidos, sigue manteniendo su estilo y busca de manera activa las oportunidades y el futuro que le pertenecen.



