La estrategia de draft del Oklahoma City Thunder siempre ha destacado por su visión única, especialmente después de seleccionar a Kevin Durant en 2007. En los dos años siguientes, el Thunder eligió en cuarto lugar a Russell Westbrook y, más tarde, a James Harden, logrando así formar un núcleo fundamental al que se le conoce como los «Tres Chicos del Thunder». Este equipo llegó a las finales de la NBA en 2012 y, a pesar de ser superado por el Miami Heat liderado por LeBron James, su potencial fue muy prometedor. Sin embargo, por razones salariales, finalmente decidieron negociar a Harden con los Houston Rockets a cambio de Kevin Martin, Jeremy Lamb y derechos de draft, lo que supuso la pérdida de un futuro jugador nivel MVP y una oportunidad única para establecer una dinastía. Hoy en día, el Thunder se enfrenta nuevamente a la crucial decisión de renovar jugadores como Shai Gilgeous-Alexander, lo que representa un importante desafío para la sabiduría de la gestión del equipo.
En 2007, durante el proceso de selección de Durant, el Thunder (que en ese entonces era el SuperSonics de Seattle) aprovechó una gran oportunidad. Luego, en 2008, eligieron a Westbrook en el draft y, además, en la vigésimo cuarta posición seleccionaron a Serge Ibaka. Estas elecciones exitosas permitieron que el Thunder continuara creciendo en talento joven. En 2009, el draft del Thunder volvió a mostrar un milagro al elegir a Harden en la tercera posición; en ese momento, el Thunder era imparable y tenía un potencial infinito.
El núcleo de cuatro jugadores del Thunder alcanzó con éxito las finales de la NBA en 2012. Aunque al final no lograron ganar el campeonato, este equipo joven y lleno de potencial tiene un futuro prometedor. Desafortunadamente, la dirección del equipo tuvo desacuerdos sobre la renovación de Harden, ya que el contrato que él necesitaba no se alineaba con la situación salarial del Thunder. Finalmente, fue traspasado a los Rockets, lo que sin duda fue una oportunidad perdida para el Thunder.
En los Rockets, el sistema ofensivo centrado en Harden se desarrolló rápidamente; no solo elevó su promedio de puntos por partido, sino que también ganó múltiples títulos de All-Star, convirtiéndose en uno de los mejores jugadores de la liga y llevando a los Rockets a clasificaciones consecutivas para los playoffs. La actuación de Harden durante la temporada 2015-16 hasta la 2019-20 es, sin duda, una de las representaciones ofensivas más destacadas en la historia de la NBA. Lamentablemente, el pico de Harden coincidió con el ascenso de la dinastía de los Golden State Warriors, lo que le impidió alcanzar su sueño de ganar un campeonato.
En la posterior operación que llevó a Harden a los Brooklyn Nets, lo que los Thunder recibieron a cambio resultó ser un poco insuficiente; Kevin Martin no logró rendir al mismo nivel que Harden, y Jeremy Lamb tampoco pudo convertirse en un anotador notable. La única mención digna de esta transacción es el pívot Steven Adams, seleccionado posteriormente con las elecciones del draft, que tuvo un desempeño sólido durante su tiempo en el equipo. Sin embargo, este único punto brillante en el trato no puede ocultar las otras pérdidas. Mirando hacia atrás, los Rockets lograron un éxito monumental en esta transacción, mientras que las decisiones y resultados de los Thunder se convirtieron en un pesar para muchos aficionados.



