Con el avance de la temporada de la NFL, un intercambio muy esperado entre los Miami Dolphins y los Pittsburgh Steelers ha captado la atención de todos. Este acuerdo involucra a tres jugadores estelares: los Dolphins obtienen al safety Minkah Fitzpatrick y una quinta ronda del draft de 2025, mientras que los Steelers reciben al atleta Jalen Ramsey, Jonnu Smith y una séptima ronda del draft de 2025.
Los delfines, en esta transacción, claramente buscan fortalecer la posición de seguridad, al mismo tiempo que esperan reducir la carga salarial del equipo. Aunque la edad y el potencial de Minkah Fitzpatrick llenan a los delfines de expectativas para el futuro, este cambio ha tenido un costo en términos de la profundidad del plantel.
El contrato de Jonnu Smith alcanzará los 8.4 millones de dólares en el mercado de agentes libres de 2024. A pesar de su destacada actuación y sus expectativas de un salario más alto, los Dolphins no pudieron satisfacer sus demandas, viéndose obligados a asumir el riesgo de un canje. Los Steelers le ofrecieron a Smith un contrato de 12 millones por un año, casi el triple de su contrato original con los Dolphins, lo que complicó aún más la decisión de la franquicia. Este movimiento ha dejado un vacío en la posición de tight end para los Dolphins, y cómo van a cubrirlo se ha convertido en el foco actual.
Además, no se puede ignorar la falta de seguridad en la posición. Brandon Jones no pudo quedarse en el equipo debido a una lesión, y su destacada actuación tras firmar con los Broncos para 2024 ha puesto presión sobre la gerencia de los Dolphins, al evidenciar errores en sus juicios pasados. La situación de Jevon Holland también ha tenido altibajos en la última temporada; si su rendimiento realmente se ha visto afectado por las negociaciones salariales, como se ha comentado, es evidente que la gestión de personal de los Dolphins necesita una reflexión más profunda. Al final, Holland firmó un contrato de tres años y 45 millones con los Giants, lo que resalta las deficiencias de Miami en las negociaciones contractuales.
Además, la salida de Jalen Ramsey refleja los desafíos de gestión interna de los Dolphins. Su creciente conflicto con el cuerpo técnico lo llevó a tomar la decisión de ser intercambiado, una opción que parece ser más un acto de resignación. La reciente partida de varios capitanes del equipo sin duda indica una mentalidad de corto plazo en la gestión y selección de líderes. En el futuro, los Dolphins tal vez necesiten enfocarse más en la adaptabilidad a largo plazo de los jugadores para establecer una cultura interna más sólida.



