En el cuarto partido de los playoffs, los Warriors y los Rockets protagonizaron un enfrentamiento intenso, mostrando niveles de habilidad bastante similares y un dominio excepcional en los choques físicos, lo que añadió un aire explosivo al juego. Finalmente, los Warriors lograron una ajustada victoria por 109-106, lo que les permitió liderar la serie 3-1 y acercarse a la siguiente etapa.
En este encuentro, el entrenador de los Timberwolves, Chris Finch, expresó su sorpresa por los criterios de arbitraje, especialmente cuando ocurrió un enfrentamiento entre los jugadores de ambos equipos, lo que resultó en faltas técnicas y flagrantes. Los inquietos Draymond Green y Dillon Brooks fueron los protagonistas del conflicto, añadiendo mucho dramatismo al partido.
Además, Jimmy Butler ha regresado tras una lesión en la cadera, llevando consigo su valiosa experiencia en los playoffs, con el deseo de seguir presionando a los Rockets. El regreso de Butler no solo ha elevado enormemente la moral de los Warriors, sino que también ha intensificado el nivel de competitividad y tensión en el partido.
Al inicio del partido, el primer enfrentamiento estalló de forma inesperada en el segundo cuarto. La colaboración entre Green y Curry, que tomó por sorpresa a los rivales, provocó una intensa defensa por parte de Brooks. Esta acción derivó en una discusión que involucró a varios jugadores, lo que llevó al árbitro a sancionar con faltas técnicas a tres de ellos. Poco después, un segundo altercado tuvo lugar cuando Eason, en un intento de recuperar el balón, golpeó accidentalmente a Green. La fuerte reacción de Green encendió nuevamente las tensiones en la cancha. Como resultado, Eason recibió una falta técnica, mientras que Green, enfrentándose al riesgo de descalificación por una falta grave, logró evitar ser expulsado del juego.
A medida que avanzaba el partido, la intensidad en el campo crecía cada vez más, y parecía que las decisiones del árbitro no disminuían su rigurosidad. Los Warriors mostraron en el último cuarto una clara intención defensiva, destacando especialmente el desafío de Kevon Looney a Adams, así como los ataques desde media distancia de Butler y Curry, que devolvieron oxígeno al equipo y les dieron la ventaja. En los momentos finales, los tres tiros libres acertados de Butler aseguraron que los Warriors mantuvieran una ventaja sólida, mientras que Sengun de los Rockets demostró un espíritu de lucha incansable, manteniendo la tensión del partido hasta el último segundo.
A pesar de que el equipo de los Rockets dio todo de sí, terminaron perdiendo por una diferencia de tres puntos. Los Warriors demostraron una fuerza de equipo superior, y esta victoria tan reñida les ha brindado una oportunidad crucial en la serie. Los próximos partidos serán clave para su camino hacia la victoria.



